El método tradicional consistía en lavar a los animales con detergente. Lo que ocurría es que se necesitaba más de un baño para limpiar al animal, el jabón terminaba dañando sus plumas o su piel y, al final, acababa muriendo. Además, el detergente también afectaba a la naturaleza.
Sin embargo, ahora se ha descubierto un método mucho más eficaz y ecológico basado en el electromagnetismo. Por casualidad, se descubrió que las pequeñas limaduras de hierro tienen la propiedad de absorber el petróleo, así que se esparcen sobre el animal trocitos de hierro, el metal absorbe el petróleo y, luego, se retira con un imán. Así se consigue eliminar el 97% del petróleo impregnado en su plumaje con un método más barato, más ecológico y, principalmente, más saludable para el animal.