Es el nombre con el que se conoce al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Este organismo se fundó en 1944, a la vez que el Fondo Monetario Internacional, y su objetivo inicial era ayudar a la reconstrucción de los daños provocados por la 2ª Guerra Mundial. Sin embargo, una vez cumplido el objetivo, su finalidad evolucionó hasta que la ostenta hoy en día: prestar atención a los países desarrollados concediendo préstamos, por cantidades bastante elevadas, a bajos tipos de interés y con devoluciones a muy largo plazo, a cambio de reformas estructurales que faciliten la implantación de libre mercado.

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