Absolutamente todo está formado por átomos, las personas, las cosas que te rodean y también las nubes. Cada átomo posee una carga positiva, otra negativa y otra neutra. Las cargas opuestas (la positiva y la negativa) se atraen, pero como normalmente hay el mismo número de cada una, no pasa nada. Pero, si en algún momento se desequilibran (hay más carga positiva que negativa, o al revés), eso da lugar a una pequeña descarga eléctrica.
Las nubes de tormenta están sometidas a fuertes corrientes de aire que pueden desequilibrar las cargas de sus átomos y provocar un enorme rayo. El rayo, aunque sólo dura una fracción de segundo, tiene una potencia de 20.000 megavatios, es decir, lo suficiente para suministrar electricidad a todo un país.

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