En realidad, un meteorito no es otra cosa que una estrella fugaz antes de que ésta entre en contacto con nuestra atmósfera terrestre. Cuando alguna partícula sólida viaja por el espacio y entra en la atmósfera de la Tierra, normalmente se quema y se consume, dando lugar a una estrella fugaz. Esta descomposición permite la vida en nuestro planeta, ya que, de lo contrario, acabaríamos siendo invadidos por partículas sólidas del espacio que chocarían contra nuestras montañas, ríos y lagos, provocando hecatombes y posiblemente el fin de nuestra existencia.
Pues bien, un meteorito es el nombre de esa partícula sólida que viaja por el espacio y que todavía no se ha consumido al atravesar la atmósfera de la Tierra. En ocasiones, los meteoritos no quedan totalmente destruidos por la atmósfera y ésta, pese a quemar la mayor parte, no acaba con su totalidad. En esos casos, pequeños fragmentos del meteorito acaban cayendo en nuestro planeta, depositándose sobre la superficie terrestre.