La tierra tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos en dar la vuelta completa al Sol. O sea que un año solar dura 365 días y casi un cuarto de día más. Esa cuarta parte se acumula y cada 4 años se añade un día al año: el 29 de febrero. Es el denominado año bisiesto.
Sin embargo, no llega a ser un cuarto de día lo que se acumula, si no 5 horas, 48 minutos y 46 segundos multiplicados por cuatro. Los once minutos y 14 segundos restantes que faltarían para llegar a las 24 horas se cogen de más. Y para compensar ese ligero desfase, se decidió que algunos años no fueran bisiestos. Así, el Papa Gregorio XIII modificó el calendario romano en 1582 y estableció que se eliminarían los años bisiestos que caigan en centena, excepto si eran divisibles por cuatro.

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